Hace sólo algunos años, un teléfono servía para hablar con gente, una cámara para tomar fotos o video, tu oficina era una habitación llena de papeles archivados y hacer una teleconferencia era algo reservado a las súper-empresas mas grandes del mundo.
Hoy un periodista puede estar cubriendo un suceso relevante y transmitirlo en vivo, parecería que prácticamente hay pocas cosas que no se pueden hacer con un smartphone, se han transformado en una herramienta tan útil y versátil como compleja.
Asimismo, el fenómeno de la obsolescencia programada, nos obliga a buscar cada vez en menos tiempo el último modelo con las mejores prestaciones, que en algunos casos, son meramente cosméticas pero en otros pueden significar un cambio en el paradigma como lo fué con la comunicación en su momento la incorporación de la cámara y la conectividad inalámbrica en los teléfonos celulares.
Fue el salto mas grande en los últimos 10 años el que permitió, transformar al smartphone en varita mágica, hoy la calidad de sus cámaras y sonido compite con equipos profesionales (aunque la diferencia se nota) dando una inmediatez en la generación de contenido y la transmisión de información nunca antes experimentada en la historia de la humanidad.
Ha cambiado la forma en que la gente se comunica, como toda herramienta puede utilizarse tanto para el bien como para el mal, niños inescrupulosos hostigan a compañeritos haciéndoles bullying por las redes y Organizaciones terroristas transmiten sus ejecuciones en vivo, uno de los mas macabros usos que se le podría dar a esta herramienta.
Sí, el hombre con su espectacular capacidad de superarse cada día y también su capacidad infinita de hacer daño ha aprovechado esta herramienta para acelerar todos los procesos en los que ha intervenido, cambiando el mundo, ofreciendo a todos la posibilidad de hacer… lo que quieran.