La gran mayoría de las personas, vive su vida entera según convicciones que le son inculcadas desde pequeños y se transforman en certezas, hechos supuestamente irrefutables que anclan su comportamiento a ellas y definen los resultados que tendrán en sus acciones.
Estas ideas probablemente hayan sido inculcadas a sus padres de la misma manera y asociadas al imaginario con ejemplos de accionar que refuerzan la “veracidad” de estas ideas.
Así es como la gran mayoría acepta ese mandato implícito, se ubica en una caja imaginaria donde esos Principios o valores están aceptados y conforman su idiosincrasia.
Ideas como que la gente que tiene dinero es mala y viceversa, o que la gente pobre es “digna” son conceptos que tan arraigados pueden estar en la mente de una persona que le impidan ver las oportunidades pasar a su lado o incluso reconociéndolas no se animen a aprovecharlas creyendo que ellos no pueden o no deben hacerlo.
Ahora, que sucede cuando alguien se da cuenta de esto? es como aquella escena de The Matrix cuando Neo despierta de su sueño y es expulsado de la máquina.
Cuando tomamos consciencia de nuestras taras mentales y entendemos que podemos cambiar nuestra realidad cambiando nuestro comportamiento, un universo de posibilidades infinito se abre a nosotros.
Nuestro cerebro es como un ordenador, tan potente que aun no tenemos idea de su capacidad real. Y como todo ordenador puede ser programado y reprogramado, la clave está en descubrir cómo acceder a él y cambiar la programación.
SI pensamos en el cerebro como un ordenador, los periféricos para ingresar información (datos) son los sentidos, luego esa información se procesa mediante programas, que vendrían a ser nuestros pensamientos, que son los que definirán el resultado posterior que son nuestras acciones.
Entonces, si nosotros queremos cambiar algún aspecto de nuestra realidad, lo primero que deberíamos hacer es modificar nuestros pensamientos, para posteriormente poder modificar nuestro comportamiento y en consecuencia nuestra realidad.
Aquí es que nos damos cuenta que aprender “cosas” adquirir información, no nos garantiza el éxito, por el contrario muchas veces vemos personas que aunque provengan de entornos desfavorecidos y con menos oportunidades, encuentran el camino para cambiar sus realidades, éstas personas han encontrado la manera inconsciente de modificar sus pensamientos para modificar su conducta y así sus realidades. La pregunta del millón es la siguiente:
Cómo hacemos para reprogramar nuestro cerebro conscientemente?
Existe una disciplina llamada Programación Neurolingüística (PNL), es una ciencia que estudia la manera en que podemos generar cambios en nuestros hábitos y maneras de percibir la realidad para obtener resultados reales a través del pensamiento.
Mediante técnicas como la visualización o la hipnosis, se pueden generar cambios en la forma de pensar para producir cambios en la conducta y obtener resultados diferentes.
Hay dos maneras principales de acceder al cerebro y generar nuevos engramas mentales, uno es mediante la acción repetitiva que genere un hábito, (se dice son necesarios aproximadamente 21 días de práctica repetitiva para fijar una rutina en nuestro cerebro y que nunca más la olvidemos).
La otra es mediante el pensamiento, si adrede pensamos en imágenes que nos generen una sensación de bienestar y las asociamos con una actividad que no nos gusta, podemos lograr que nuestro cuerpo reaccione positivamente cuando llevemos a cabo la acción, esto a su vez provocará con el tiempo que esas sensaciones se queden grabadas en nuestro cerebro y nos permita cambiar la forma de sentir cuando hacemos la actividad y llevarla a cabo sin estresarnos.
Así que ya lo saben, cambiar la manera de pensar, para cambiar la manera de actuar para cambiar los resultados de nuestra vida.
El cielo es el límite.